La punta seca es la más sencilla de las técnicas de grabado. Consiste simplemente en rayar el metal con un material más duro que la plancha. La operación produce surcos y rebabas en las que se depositará la tinta, más densa de lo habitual para que no se la lleve la tarlatana durante el entintado. Estas tres están hechas en cobre con una punta de diamante:
Unas hojas de buganvilla sobre la mesa...
... un vaso con algo de jazmín...
... y materiales propios de este proceso, como un trapito y tinta para ver cómo avanza el dibujo.
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